jueves, 9 de abril de 2009

Posse y el muro que separa San Isidro de San Fernando

¿Qué pasa cuando se construye un muro que divide a los ricos de los pobres, o, según palabras del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, “que impide el paso de los insanos”?
Cuando un derechista del tamaño de Mauro Viale se preocupa por la falta de estética de una construcción así y lo cuestiona, y el intendente Posse responde con un “y si, se van a ir poniendo enredaderas”: ¿de qué estamos hablando?


Normalmente existen fronteras impuestas por los propios integrantes de la sociedad para aislar al ‘otro’. Si embargo, la construcción de un muro separando a un sector humilde de aquellos habitantes bastante más acomodados de San Isidro parecería una innovación en el ámbito de la “discriminación”. Es llevar a la práctica lo que está construido en los imaginarios de la gente.
Suponer que el intendente de San Isidro haya sido el gestor de tan fabulosa idea sería pretender demasiado. Entre los tantos casos que existen. ya en el siglo V AC, los adelantados chinos, construyeron la muralla que los protegía de los ataques de los nómades del norte (principalmente de Mongolia y Manchuria). Luego de muchos siglos, en el año 1961, los líderes de la –ya inexistente– República Democrática Alemana, ordenaron la construcción de una pared de más de 150km para, supuestamente, "proteger a los habitantes de la RDA contra los ataques fascistas occidentales". Hace no muchos años, Israel se propuso la construcción de un gran muro con el fin de evitar que palestinos armados entren al territorio. Pese a que en el 2004 la Corte Internacional de Justicia ordenó la destrucción de la parte ya construida por considerarla una violación al derecho internacional humanitario y de derechos humanos, Israel rechazó la recomendación. Un poco más cerca, en distancia y tiempo, a fines del mes de marzo se comenzó a construir una muralla en Río (Brasil) para separar a las favelas y frenar el avance de estos asentamientos.
Así que aquellos que pensaron que había tenido una idea nueva, están equivocados. Sin embargo, supongo que debe ser una propuesta suya la de la plantación de enredaderas para disminuir el impacto visual que genera la división tan tajante entre San Isidro y San Fernando.

Gracias al debate que comenzó Susana Giménez se produjo una liberación de las trabas que impedían decir ciertas cosas, ya no son tabú frases del estilo “hay que matarlos por chorros”. La construcción del muro no hace otra cosa que llevar a la práctica una mínima parte de lo que las personas piensan: la necesidad de protección contra el “otro”: ladrón e insano (en palabras del Sr. Posse). Es interesante analizar el término que usó el intendente para hacer referencia a aquellas personas que cometen actos delictivos, principalmente porque está diciendo que no son “sanos”, es decir que, bajo su punto de vista, serían “enfermos”. ¿Enfermos?

Actualmente se vuelve preocupante la liviandad con la que las personas están hablando de un conflicto tan presente y recurrente que forma parte de una lógica de sistema y que hace base en algo bastante más complicado que el acto de “robar”. La desigualdad social y principalmente de oportunidades lleva a la exclusión total. Ya no solo hay personas imposibilitadas de entrar al mercado de trabajo, sino que se sobrepasó ese límite y se armó una no-sociedad. Con esto quiero hacer referencia a este gran sector que no tiene ninguna forma de participación dentro de la sociedad capitalista. Estar por fuera de ese gran cuerpo social implica muchas cosas pero principalmente da cuenta de que el sistema no tiene límites para excluir.
Sin embargo, la culpa se le echa al otro, al que no puede defenderse en el marco del mundo capitalista: al sin recursos, al aislado, al discriminado y al menor de edad, por el cual reclaman bajar la edad de imputabilidad. Habría que replantearse quién es el culpable de esta situación. Yo me inclino a culpar a los gobernantes (de hoy, de ayer y de siempre) que roban y matan en proporciones nunca imaginadas para mentes como las nuestras, pero que ahora se llenan la boca hablando de construir muros, y algunos otros, con caras de cemento, confrontan hablando de “igualdad”, mientras están luchando por el armado de las lista para las elecciones que se vienen.
Y así seguimos en el mismo sistema, excluimos a los que falta excluir y después los culpamos, y por las dudas, para no mezclar a la sociedad con la no-sociedad, levantamos muros. Quizás uno muy alto y muy grande nos deje vivir sin esos bárbaros e insanos que pareciera que siguen en condición de naturaleza, esos amorales que viven en guerra de todos contra todos.

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